La neumonía es una infección pulmonar grave. Muchos casos de neumonía son causados por bacterias o virus. Otras causas incluyen hongos, productos químicos y gases. La neumonía también puede aparecer después de otra enfermedad, como un resfriado, gripe o bronquitis. Las personas con mayor riesgo son los ancianos y las personas con problemas crónicos de salud.
Los pulmones sanos
El aire entra y sale de los pulmones a través de conductos llamados vías respiratorias.
Los tubos se ramifican en conductos más pequeños llamados bronquiolos. Estos terminan en pequeños sacos llamados alvéolos.
Los vasos sanguíneos que rodean los alvéolos absorben oxígeno en el torrente sanguíneo. Al mismo tiempo, los alvéolos eliminan el dióxido de carbono de la sangre. El dióxido de carbono y luego se exhala.
Cuando usted tiene neumonía
La neumonía causa los bronquiolos y los alvéolos se llenan de mucosidad y se inflaman.
La respuesta de su cuerpo puede ser a toser. Esto puede ayudar a eliminar el líquido.
El líquido (o moco) que usted tose pueden aparecer de color verde o amarillo oscuro.
El exceso de moco puede hacerte sentir falta de aliento.
La inflamación puede producir una fiebre.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas de la neumonía pueden ocurrir sin previo aviso. Al principio, usted puede pensar que usted tiene un resfriado o gripe. Pero los síntomas de la neumonía pueden empeorar rápidamente. Los síntomas comunes incluyen los siguientes:
Tos severa con espasmos incontrolados
Fiebre y escalofríos
Tos con mucosidad
Aumento de la frecuencia cardíaca
Dolor en el pecho o incomodidad al respirar o toser.