Pregunta:
Hace unos seis meses me di cuenta de que no puedo oler los olores comunes, como los melocotones frescos. He leído acerca de la correlación entre el sentido descendente de olor y la enfermedad de riesgo de demencia. Mi memoria a veces ha sido defectuosa desde hace décadas. ¿Cuáles son los riesgos de mi desarrollo de la enfermedad de Alzheimer, y debo consultar con mi médico acerca de mi pérdida del olfato?
Respuesta:
Dos de cada tres personas que pierden la capacidad de oler han tenido este problema causado por la nariz o la enfermedad del seno o por un traumatismo craneal. Ejemplos de problemas de la nariz y de los senos nasales que pueden causar olor perdido (a veces con efectos a largo plazo) son los pólipos nasales, sinusitis, infecciones de las vías respiratorias superiores y el síndrome de Sjögren (sequedad de la boca, los ojos y la nariz). Los medicamentos (especialmente los medicamentos para la presión arterial, como betabloqueadores y los medicamentos inhibidor de la ECA o de algún medicamento para la tiroides de los casos) son a veces la causa de los cambios en el olor.
El envejecimiento también puede resultar en la pérdida-un olor cambio modesto en su olor es una parte normal del envejecimiento, pero no suele ser muy notable. Tiene razón en que la enfermedad de Alzheimer puede provocar capacidad olor anormal notable. Este es también el caso para la enfermedad de Parkinson. Los cambios en el olor ocurren muy gradualmente en estas enfermedades. Para la mayoría de las personas con una de estas enfermedades, los problemas de olor no son evidentes hasta que la enfermedad neurológica ha progresado a una etapa avanzada. Hace unos ocho años, un estudio exploró si olor perdido era un buen predictor de demencia. Este estudio dio seguimiento a cerca de 2.000 personas mayores de más de dos años. Los investigadores no pudieron vincular disminuido olor (en parte la pérdida del sentido del olfato) con un riesgo mayor para el diagnóstico de demencia durante su tiempo de seguimiento, pero ellos sí que calcular un riesgo para la demencia casi se duplicó para las personas que tenían una pérdida completa del olfato.
Puede ser útil para que usted pueda revisar su historial médico, los medicamentos y los síntomas nasales o sinusales con un médico.