Un estudio publicado en enero de 2008 proporciona más apoyo para la toma de tiempo para las comidas familiares regulares. En informes anteriores realizados por el Centro Nacional de Adicción y Abuso de sustancias han llegado a la conclusión de que los adolescentes que comen regularmente con sus familias son menos propensos a fumar cigarrillos, beber alcohol, o probar la marihuana.
El último estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Minnesota, sugiere que las adolescentes que comen con frecuencia con sus familias tienen menos probabilidades que otras chicas de desarrollar trastornos de la alimentación en el futuro.
Los investigadores estudiaron a 2.516 adolescentes en 31 escuelas de Minnesota. Tanto los estudiantes masculinos y femeninos completaron dos encuestas, una en 1999 y otra en 2004, para informar con qué frecuencia comían con sus familias y cómo se sentían emocionalmente conectada a sus familias. Los participantes también proporcionaron información sobre el índice de masa corporal (IMC) y la conducta alimentaria.
Las adolescentes que reportaron el consumo de cinco o más comidas con sus familias cada semana en 1999 eran menos propensos en 2004 para participar en atracones o las dietas crónicas, y fueron significativamente menos propensos a reportar el uso de medidas agresivas para bajar de peso, tales como tomar pastillas para adelgazar, utilizando laxantes o vómitos. Por ejemplo, el 26% de las niñas que consumían menos de cinco comidas por semana con sus familias en 1999 reportó el uso de medidas de control de peso extrema en 2004, en comparación con el 17% de las niñas que comían cinco o más comidas en familia por semana en 1999. Los resultados se mantuvieron incluso después de que los investigadores ajustaron por el IMC, el nivel socioeconómico, y la conexión emocional a las familias.
Pero las comidas familiares regulares no erradicar los trastornos alimentarios en las niñas, y que no reducen el riesgo de trastornos alimentarios en los niños.
Aunque los trastornos alimentarios sigue siendo claramente un problema para los adolescentes, los investigadores dicen que este estudio proporciona evidencia de que las comidas familiares regulares pueden ofrecer algún tipo de protección. Una limitación a tener en cuenta, sin embargo, es que este estudio sólo puede sugerir relaciones, no probar causa y efecto. Puede ser que las niñas menos propensas a trastornos de la alimentación son más propensos a aparecer regularmente para las comidas familiares - comidas familiares regulares que no ofrecen protección.