Las hormonas controlan el crecimiento y la actividad de las células normales y saludables. Ciertas hormonas, tales como estrógeno, también pueden alimentar el crecimiento de algunos tumores, incluyendo cáncer de mama. Alrededor de dos tercios de los cánceres de mama son sensibles a los estrógenos. Esto significa que la presencia de estrógeno hace que el tumor crezca.
Así es como el estrógeno promueve el crecimiento del tumor. Se une a una proteína llamada un receptor de estrógeno, que se encuentra en algunas de cáncer de mama células. Cuando el estrógeno se une a este receptor, las células cancerosas se dividen y que el tumor crece.
La terapia hormonal también se llama terapia endocrina. Funciona al impedir que las células cancerosas obtengan las hormonas que necesitan para crecer. Es un tratamiento sistémico, lo que significa que puede afectar a las células cancerosas en todo el cuerpo. Una manera de pensar de la terapia hormonal es que priva al tumor del estrógeno que necesita para crecer. El objetivo es reducir el tamaño del tumor y evitar que vuelva a ocurrir.
La investigación ha demostrado que la terapia hormonal puede extender su vida si tiene células cancerosas que dependen de hormonas para crecer. Un médico puede decidir si va a beneficiar de la terapia hormonal con una prueba de receptores hormonales en el tumor de mama. Esta prueba le dice al médico si su cáncer está utilizando hormonas para crecer. La terapia hormonal tiene poco efecto en cánceres que no son dependientes de hormonas, por lo que no se utiliza a menos que las pruebas tumorales positivas.