Los síntomas y su severidad pueden variar. Algunos síntomas provienen de la inflamación en los intestinos. Otros síntomas provienen de la falta de nutrientes, debido al fracaso de su intestino para digerir los alimentos correctamente.
En los adultos, los síntomas pueden incluir:
Crónica diarrea que no mejora con la medicación
Con mal olor, grasa, heces pálidas
Flatulencia
Hinchazón abdominal recurrente
Pérdida de peso
La infertilidad, la falta de la menstruación
Hueso o dolor en las articulaciones
La depresión, la irritabilidad o cambios de humor
Los problemas neurológicos, como debilidad, falta de equilibrio, convulsiones, dolores de cabeza, o entumecimiento u hormigueo en las piernas
Picazón, erupción cutánea dolorosa (dermatitis herpetiforme)
Decoloración de los dientes o pérdida del esmalte, llagas en los labios o la lengua
Otros signos de deficiencia de vitamina A, como la piel escamosa o hiperqueratosis (a partir de la falta de vitamina A), o sangrado de las encías o moretones con facilidad (por la falta de vitamina K)