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Descripción general de accidente cerebrovascular

La apoplejía, también llamada ataque cerebral, se produce cuando se interrumpe el flujo de sangre al cerebro. La interrupción del flujo sanguíneo se produce cuando un coágulo de sangre, ya sea o una pieza de placa bloquea uno de los vasos sanguíneos vitales en el cerebro (apoplejía isquémica) o cuando un vaso sanguíneo en el cerebro se rompe, derramando sangre en los tejidos circundantes (hemorrágico ictus ).

El cerebro necesita un suministro constante de oxígeno y nutrientes para poder funcionar. Incluso una breve interrupción en el suministro de sangre puede causar problemas. Las células del cerebro comienzan a morir en pocos minutos sin sangre u oxígeno. El área de células muertas en los tejidos se le llama infarto. Debido a los cambios físicos y químicos que ocurren en el cerebro con el ictus, el daño puede continuar ocurriendo por varios días. Esto se llama un ataque cerebral en evolución.

Una pérdida de la función cerebral ocurre con la muerte de las células cerebrales. Esto puede incluir el deterioro de la capacidad con el movimiento, el habla, el pensamiento y la memoria, del intestino y de la vejiga, del control emocional y otras funciones vitales del cuerpo. La recuperación de la apoplejía y la capacidad específica afectada depende del tamaño y la ubicación del accidente cerebrovascular. Un ataque cerebral leve puede causar problemas tales como debilidad en un brazo o una pierna. Apoplejías más grandes pueden causar parálisis (incapacidad para mover parte del cuerpo), pérdida del habla o incluso la muerte.

Según la Asociación Nacional de Apoplejía (NSA), es importante aprender las tres R de la apoplejía:

  • Reducir el riesgo.

  • Reconocer los síntomas.

  • Responder llamando al 911 (o al servicio local de ambulancias).

El accidente cerebrovascular es una emergencia y debe tratarse como tal. La mayor posibilidad de recuperación de la apoplejía ocurre cuando se inicia de inmediato el tratamiento de emergencia.