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Manténgase en forma cuando se tiene un problema de salud

Hacer ejercicio cuando usted tiene una enfermedad o problema de salud grave puede ser un reto. Pero para la mayoría de las personas que tienen problemas de salud, el ejercicio puede mejorar su pronóstico y el bienestar.

El ejercicio puede desempeñar un papel importante para ayudar a lidiar con o recuperarse de un problema de salud o accidente. La actividad física puede ayudar a aumentar la resistencia, la fuerza, la flexibilidad, el equilibrio y la coordinación, así como a aliviar el dolor y mejorar el sueño y la actitud mental.

Ciertas pautas deben cumplirse para asegurarse de que un programa de ejercicio es útil. El médico le ofrecerá sugerencias específicas que debe seguir, al igual que la profesora de educación física o entrenador que se desarrolla el programa para usted.

El programa de derecho

Idealmente, su régimen debe pasar de uno que requiere un esfuerzo relativamente pequeño a uno que es más difícil, pero adecuado.

Un instructor debe proporcionar la modificación del ejercicio, cuando es necesario, específico para su enfermedad. Cualquier profesional de la aptitud de trabajar con debe tener experiencia o formación que trabaja con personas con su problema de salud.

El instructor debe realizar evaluaciones específicas, tales como las pruebas de amplitud de movimiento y una prueba cardiorrespiratoria, para garantizar un ritmo cardíaco seguro durante las actividades aeróbicas. Esta información se debe utilizar para establecer objetivos y diseñar un régimen de entrenamiento seguro y efectivo.

Artritis

Un programa de ejercicio moderado puede compensar el dolor y la rigidez de la artritis. La flexibilidad y ejercicios de rango de movimiento se pueden hacer todos los días, siempre y cuando te tomas tu tiempo y nunca estire hasta el punto de dolor o malestar.

Dependiendo de la severidad de su artritis, puede ser capaz de hacer ejercicios aeróbicos de bajo impacto, tres o más veces a la semana. Caminar, nadar y montar en bicicleta son buenas opciones. Asegúrese de terminar cada sesión de entrenamiento con estiramientos suaves.

Asma

La mayoría de las personas con asma se benefician de algún tipo de actividad física regular. Es importante contar con aprobación de su médico antes de comenzar un programa de ejercicios, ya que es posible que tenga que tomar medicamentos para ayudar a controlar su enfermedad.

Asma sypmptoms pueden desarrollar durante el ejercicio a pesar de tratamiento previo y pueden a veces ser más grave de lo esperado.

Evite hacer ejercicio en el aire contaminado, en el frío extremo, o cuando se experimenta un resfriado común, y no se apresure a través de su calentamiento o enfriamiento de extensión de ellos puede prevenir los ataques de asma que se producen durante e inmediatamente después de una sesión de ejercicio.

Diabetes tipo 2

El ejercicio regular puede ayudar a las personas con diabetes controlar sus niveles de glucosa. Puede ayudar a bajar de peso y mejorar el tono muscular y la fuerza, todo lo cual mejora la eficacia de la insulina.

Baja intensidad caminar, aeróbicos y el ciclismo son buenas opciones. Los ejercicios de flexibilidad y entrenamiento de fuerza también se recomiendan. Los diabéticos deben controlar sus niveles de glucosa antes y después del ejercicio para ver cómo están respondiendo a las distintas actividades con el fin de evitar la hipoglucemia (bajada anormal del azúcar en sangre).

Enfermedad del corazón

Muchas personas con enfermedades del corazón se pueden beneficiar de un programa de ejercicio modificada si se ponen las pautas e instrucciones específicas de sus proveedores del cuidado de la salud antes de hacer ejercicio.

Es fundamental controlar la intensidad del ejercicio de cerca y mantenerse dentro de su zona de frecuencia cardiaca según lo recomendado por su médico. Nunca se esfuerce demasiado o ejercicio hasta el punto de dolor en el pecho o la angina de pecho. Si desarrolla dolor en el pecho durante el ejercicio, llame al 911.