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Las pruebas para detectar la enfermedad celíaca

Históricamente, ha tenido un promedio de 11 años para ser diagnosticado con la enfermedad celíaca después de que aparezcan los primeros síntomas. Sin embargo, se espera que ese registro a mejorar a medida que los pacientes y los profesionales de la salud a ser más conscientes de la enfermedad. La enfermedad celíaca a menudo ha pasado desapercibido debido a que sus síntomas clásicos parecen a los de otras enfermedades comunes, como el síndrome del intestino irritable y la intolerancia a la lactosa. Por otra parte, entre la mitad y dos tercios de los pacientes celíacos no tienen problemas gastrointestinales, sino que muestran signos de anemia o la fatiga. En tales casos, la enfermedad celíaca se identifica por lo general sólo después de otras causas, tales como hemorragia interna, se encuentran para esos síntomas.

Para las personas con síntomas, un examen de sangre y una biopsia se consideran esenciales para hacer un diagnóstico definitivo de la enfermedad celíaca. Exámenes de sangre para buscar anticuerpos específicos (anti-endomisio y anti-transglutaminasa tisular) son el primer paso en el diagnóstico de la enfermedad celíaca. Si usted está poniendo a prueba, es esencial no limitar el gluten en su dieta antes de la prueba de sangre de anticuerpos o la biopsia, ya que puede sesgar los resultados y afectar el diagnóstico. Uno o más de estos anticuerpos se encuentran en casi todas las personas con enfermedad celíaca que no está siguiendo una dieta libre de gluten, pero no suelen estar presentes en las personas que no tienen esta enfermedad. Un análisis de sangre negativo por lo general puede descartar enfermedad celíaca. Aunque una prueba de sangre positiva para anticuerpos indica una fuerte probabilidad de tener la enfermedad, no es definitivo.

Las personas con pruebas de anticuerpos positivos deben tener una biopsia intestinal - el patrón oro para el diagnóstico de la enfermedad celíaca. La biopsia se lleva a cabo durante una endoscopia (también llamada esofagogastroduodenoscopia o EGD). En ese procedimiento, realizado bajo anestesia local y sedación, el médico serpentea un tubo estrecho con una cámara de video en miniatura a través del esófago, a través de su estómago y en el intestino delgado. Guiada por la imagen en un monitor, el médico extrae una pequeña porción de tejido. Un patólogo examinará la muestra de tejido bajo un microscopio en busca de evidencias de daño en las vellosidades (que, si lesiona, aparecerá plana de lo habitual) y por las células inflamatorias que indican una reacción autoinmune.