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Lo que debe saber sobre la cirugía para el cáncer de tiroides

La cirugía es el primer y principal tratamiento para casi todos los cánceres de tiroides. El médico utilizará tejido extraído durante la cirugía para determinar el tipo y la etapa del cáncer, lo que ayuda a él o ella decida si necesita tratamiento adicional. Cuando usted tiene la cirugía para el cáncer de tiroides, el cirujano puede extirpar toda la glándula tiroides. Esto se llama una tiroidectomía total. A veces, su médico retirará sólo una parte de la glándula tiroides. Esa es una tiroidectomía casi total. O tiroidectomía parcial. Para algunos tipos de cáncer pequeñas, una lobectomía se puede hacer, en la que sólo se extrae el lóbulo de la tiroides que contiene el tumor. Cirujanos hoy más a menudo hacen tiroidectomías totales o casi totales.

El cirujano también puede extirpar los ganglios linfáticos cercanos al cáncer si han conocido las células cancerosas o parecer sospechoso. Esa operación se llama disección del cuello.

Después de la cirugía, puede ser necesario el tratamiento con yodo radiactivo. Esto puede matar a las células cancerosas restantes.

Los efectos secundarios de la cirugía

La cirugía puede causar molestias y dolor en y alrededor de la incisión quirúrgica (corte). Los pacientes son a menudo incómodo durante los primeros días después de la cirugía, pero el dolor se puede controlar con medicamentos. Los pacientes deben discutir el alivio del dolor con el médico o la enfermera.

Los pacientes a veces se siente cansado o débil por una cirugía mientras que sigue. La longitud de tiempo que tarda un paciente para recuperarse de una operación varía. La cirugía para el cáncer de tiroides también puede causar que los pacientes sean ronca o que pierdan su voz. Esto no puede desaparecer si se produce daño permanente del nervio durante la operación. Otros efectos secundarios posibles incluyen infección, sangrado, y niveles bajos de calcio en la sangre. Bajo calcio en la sangre puede ocurrir porque las glándulas paratiroides que controlan los niveles de calcio en la sangre pueden ser removidos sin querer cuando se extirpa la tiroides.

Si la mayor parte o la totalidad de la tiroides se ha quitado o destruido durante el tratamiento, es probable que necesite tomar una píldora de hormona de la tiroides cada día para reemplazar las hormonas perdidas.