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El autismo es un trastorno neurológico y de desarrollo que por lo general aparece durante los tres primeros años de vida.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) ha informado de que aproximadamente uno de cada 110 niños de ocho años de edad en seis comunidades estudiadas tenían un trastorno del espectro autista, que incluye el autismo, el síndrome de Asperger y el trastorno generalizado del desarrollo. El autismo es más frecuente en los varones que a las niñas, con cuatro veces más niños afectados.
Características
Un niño con autismo parece vivir en su propio mundo, muestra poco la conciencia social o interés en los demás. Los niños autistas se centran en una rutina constante ya menudo se repiten comportamientos extraños y peculiares. Ellos tienden a evitar el contacto con los ojos y tienen problemas para comunicarse.
El autismo puede impedir que un niño establezca vínculos con otros. Esto se debe en parte a la incapacidad para interpretar expresiones faciales o emociones. Un niño con autismo puede jugar solo, se niegan a abrazar, se resisten al cambio, y han retrasado el desarrollo del habla. Las personas con autismo tienden a repetir los movimientos del cuerpo (como el aleteo de manos o mecerse) y tienen apegos inusuales a objetos. Sin embargo, muchas personas autistas sobresalen sistemáticamente en determinados ejercicios mentales, como contar, medir, el arte, la música y la memoria.
Causa
La causa del autismo no se conoce. La investigación sugiere que el autismo es una enfermedad genética y que varios genes están implicados en su desarrollo. Los estudios sobre el autismo han encontrado una variedad de anormalidades en la estructura del cerebro y las sustancias químicas en el cerebro, sin embargo, no se han producido resultados consistentes. Una teoría es que el autismo sea un síndrome conductual que incluye varias enfermedades distintas. Sin embargo, la conducta de los padres no son un factor que contribuye al autismo, y las medidas preventivas para reducir la incidencia o la gravedad de los trastornos autistas no se conocen en este momento.
Pruebas y exámenes
Directrices estándar se han desarrollado para ayudar a identificar el autismo en los niños antes de la edad de 24 meses. El diagnóstico precoz significa antes, el tratamiento más eficaz para el trastorno. Las directrices incluyen dos niveles de detección. Detección de nivel uno, que debe realizarse para todos los niños en sus chequeos de rutina para niños durante sus primeros dos años de vida, se debe comprobar lo siguiente:
No balbuceo, señalamiento o gesticulación a los 12 meses
Ninguna palabra sola palabra a los 16 meses
No de dos palabras, expresiones espontáneas (sin ecolalia, o sin simplemente repetir los sonidos de otros) por 24 meses de edad
La pérdida de cualquier lenguaje o habilidades sociales a cualquier edad
Sin contacto visual a los 3 a 4 meses
El segundo nivel de detección se debe realizar si un niño se identifica en el primer nivel de detección retraso en el desarrollo. El segundo nivel es un diagnóstico más profundo y evaluación que puede diferenciar el autismo de otros trastornos del desarrollo. Puede incluir una evaluación neurológica, estudios genéticos, estudios metabólicos, estudios electrofisiológicos (como tomografía computarizada, resonancia magnética, tomografía PET), y pruebas psicológicas.
La prueba genética es importante porque hay varios síndromes genéticos que pueden causar autismo, incluyendo Frágil-X, fenilcetonuria no tratada (PKU), la neurofibromatosis, la esclerosis tuberosa y el síndrome de Rett, así como una variedad de anomalías cromosómicas. Si se diagnostica un trastorno genético, puede haber otros problemas de salud involucrados. La probabilidad de que ocurra el autismo en un futuro embarazo dependerá del síndrome encontrado.
Tratamiento
Programas educativos y de comportamiento especializados están diseñados para tratar el autismo. La terapia conductual se usa para enseñar habilidades sociales, motoras y cognitivas (pensamiento). La modificación del comportamiento también es útil para reducir o eliminar conductas inadaptadas.
Programas de educación especial se centran en desarrollar sociales, el habla, el lenguaje, el cuidado personal, y habilidades de trabajo. La medicación también es útil en el tratamiento de algunos síntomas de autismo en algunos niños. Además, los profesionales de salud mental pueden proporcionar asesoramiento a los padres, entrenamiento en habilidades sociales y terapia individual.