Cuando la tragedia golpea con la muerte de un ser querido, una enfermedad grave o la pérdida del empleo, algunas personas se desmoronan, mientras que otros se adaptan a este tipo de eventos que cambian la vida más fácil.
Ser resiliente es lo que hace la diferencia.
La resiliencia se usa para describir a personas que llevan vidas normales y plenas a pesar de haber sufrido un trauma o una tragedia. Son resistentes porque tienen la capacidad de recuperarse de la adversidad y mantener una autoimagen positiva y visión del mundo. Frente a los desafíos de la base de que hay más bien que mal con el mundo dan a las personas la confianza de saber que pueden obtener a través de todo lo que existe un problema.
Fomento de la resiliencia
La resiliencia no es un pueblo de rasgos tienen o no tienen-se trata de conductas, pensamientos y acciones que pueden ser aprendidas y desarrolladas.
He aquí algunas estrategias para aumentar la resiliencia:
Cultive una visión positiva de sí mismo. Desarrollar la confianza en su capacidad para resolver problemas y confiar en sus instintos.
Evite ver las crisis como problemas insuperables. Si bien es importante dar prioridad a la situación inmediata en una crisis, recuerda que en el panorama general se trata de un evento de duración limitada.
Acepte que el cambio es parte de la vida. Ciertos objetivos pueden no ser alcanzables como resultado de situaciones adversas. Circunstancias aceptar que no se pueden cambiar pueden ayudarle a centrarse en las circunstancias que puede influir.
Busque oportunidades para el auto-descubrimiento. Muchas personas que han experimentado tragedias y penurias reportan una mejor relación, una mayor sensación de fuerza, un mayor sentido de autoestima y un mayor aprecio por la vida.
Haga las conexiones. Las buenas relaciones con la familia, amigos u otras personas son importantes. Acepte la ayuda y el apoyo de aquellos que se preocupan por usted.
Mantener una actitud esperanzada. Una visión optimista le permite esperar que sucedan cosas buenas en su vida.
Cuídese. Preste atención a sus propias necesidades y sentimientos. Participar en actividades que disfrute y encuentre relajantes. Haga ejercicio regularmente, dormir lo suficiente, comer una dieta saludable, y limitar el consumo de alcohol.
Considere la posibilidad de escribir sus pensamientos acerca de los eventos estresantes en su vida. Pruebe con la meditación y otras prácticas espirituales. Muchas personas encuentran que estas actividades ayudan a construir relaciones con los demás y restaurar la esperanza perdida. Escriba una lista de los desafíos luego anote tanto sus puntos fuertes para tratar con ellos y los recursos disponibles para ayudarle.
Obtener ayuda
Cómo obtener ayuda cuando la necesita es crucial en la construcción de la resiliencia. Los recursos incluyen:
Amigos y familiares
Consejeros espirituales
Los proveedores de atención de la salud mental