RSV (virus sincitial respiratorio) es la causa principal de infecciones pulmonares en niños pequeños y bebés. RSV es tan común que prácticamente todos los niños han sido infectados con el virus de la edad de 3 años. Muchos niños tienen la enfermedad más de una vez. RSV usualmente resulta en síntomas leves parecidos a un resfriado. En algunos casos, puede causar infecciones graves en los pulmones y problemas respiratorios. Debido a esto, es importante saber qué hacer si usted sospecha que la infección por VRS grave.
Cómo RSV Spreads
El VRS se transmite fácilmente de persona a persona a través de las secreciones de la nariz y la boca de una persona infectada. Se propaga con rapidez en entornos de grupo, como la guardería y escuelas.
Los síntomas del RSV
La mayoría de los bebés y niños con una infección por VRS tienen los mismos síntomas que pudieran tener con un resfriado o la gripe. Estos incluyen una congestión o secreción nasal, tos, dolor de cabeza y fiebre baja.
El tratamiento de RSV
El tratamiento se concentra en aliviar los síntomas de su hijo y asegurar que la infección no empeore. Los antibióticos no son útiles contra los virus, por lo que no se prescriben. Intente lo siguiente para ayudar a que su hijo se sienta más cómodo y recuperarse más rápido:
Alimente a su niño de beber abundantes líquidos a temperatura ambiente con claros, como agua o jugo de manzana.
Asegúrese de que su niño guarde mucho reposo.
Mantenga la nariz clara de un bebé mediante un dispositivo de succión pera de goma para eliminar cualquier mucosidad.
Elevar la cabeza del niño con almohadas ligeramente para facilitar la respiración.
Ejecute un humidificador de vapor frío o un vaporizador en la habitación de su hijo para mantener los pasajes nasales húmedos y aire claro.
No permita que nadie fume cerca de su hijo.
Trate la fiebre del niño con acetaminofeno infantil (como Tylenol). No le dé aspirina a su niño.
Cuándo llamar al médico
Llame a su médico de inmediato si su hijo presenta alguno de los siguientes:
Una fiebre superior a 101 ° F
Una tos fuerte o persistente
Las sibilancias, respiración más rápida de lo habitual, o dificultad para respirar
Ensanchamiento de las fosas nasales o el esfuerzo en el pecho o en el estómago mientras respira
Inquieto o irritable, incapaz de ser tranquilizado
Inusualmente soñoliento o apático
Micción menos o boca seca o los labios agrietados
Dificultad para comer, beber, o tragar
La prevención de la infección por VRS
Para ayudar a prevenir la infección:
Lávese las manos frecuentemente con agua tibia y jabón.
Haga que su hijo se lave las manos a menudo.
Vigile su propia salud y la de sus familiares y compañeros de juego y evitar el contacto entre el niño y los que tienen un resfriado o fiebre.
No fume cerca de su hijo.
Pregúntele a su médico si el niño está en alto riesgo y deben recibir inyecciones mensuales para prevenir las enfermedades infecciosas como el RSV.