Puede resultar embarazoso para hablar de, pero si usted tiene hemorroides, usted está en buena compañía. Alrededor del 75% de nosotros va a experimentar la irritación, la picazón y las molestias de las hemorroides en algún momento de nuestra vida, de acuerdo con el Centro Nacional de información de enfermedades digestivas (NDDIC). Las hemorroides son causadas por venas anales o rectales hinchados. Enfermedades y otras enfermedades que causan estreñimiento a largo plazo o la diarrea, o cambios en las venas del recto y el ano, aumentan el riesgo de desarrollar hemorroides.
Aunque las hemorroides por lo general no son graves, la comezón, el dolor y la irritación a menudo asociados con las hemorroides pueden conseguir de la manera de disfrutar de la vida cotidiana. Aprenda más acerca de algunas enfermedades comunes de salud que pueden incrementar su riesgo de desarrollar hemorroides y lo que puede hacer para reducir sus probabilidades de desarrollar esta enfermedad desagradable e incómodo.
1. Estreñimiento
El estreñimiento puede hacer que se sienta hinchado y lento, y también aumenta la probabilidad de que desarrolle hemorroides. Si usted tiene regularmente heces duras y secas, es posible que tenga que sentarse en el inodoro durante un largo período de tiempo y esfuerzo para defecar. Esto aumenta la presión sobre las venas en el recto y el ano, que puede conducir a la hinchazón y la inflamación.
Una dieta baja en fibra, falta de ejercicio, y no beber suficiente agua a menudo causan estreñimiento. La buena noticia es que a menudo se puede prevenir el estreñimiento y tratar de beber mucha agua, hacer ejercicio regularmente y comer una dieta rica en frutas, verduras, legumbres (frijoles), y cereales de grano entero y panes.
2. Embarazo
Para muchas mujeres, la emoción y la anticipación de embarazo a menudo van mano a mano con la inflamación y la irritación de las hemorroides. Durante el embarazo, el cuerpo experimenta cambios que pueden hacer que uno sea más propenso a desarrollar hemorroides.
A medida que su útero crece, especialmente en el tercer trimestre del embarazo, que ejerce presión sobre las venas del recto y el ano, haciendo que se hinchen. Agravando este problema es un aumento en la hormona progesterona, lo que hace que las venas se relajen y se hinchan más fácilmente. La progesterona también ralentiza el tracto intestinal, lo que puede conducir a estreñimiento y esfuerzo para tener una evacuación intestinal. Esto aumenta aún más el riesgo de desarrollar hemorroides.
Después del nacimiento de su bebé, los síntomas de las hemorroides deben comenzar a desaparecer, especialmente si usted tiene cuidado para evitar el estreñimiento con una dieta alta en fibra, beber mucha agua y hacer ejercicio regularmente.
3. Obesidad
La obesidad y las hemorroides comparten un vínculo común: las enfermedades que contribuyen a la obesidad también aumentan el riesgo de hemorroides. Factores de riesgo para ambas enfermedades incluyen comer una dieta que carece de suficiente fibra, bajos niveles de actividad física, y largos periodos de estar sentado.
Al hacer frente a estos factores, se puede reducir el riesgo de hemorroides, mientras se trabaja para lograr un peso saludable. Además, la reducción de su cintura se reduce la presión que el exceso de peso pone en las venas del recto y del ano, que puede conducir a la hinchazón y la inflamación.
4. Síndrome del intestino irritable
El síndrome del intestino irritable (SII) es un trastorno gastrointestinal muy común que afecta a cerca de uno de cada cinco personas, según el Centro Nacional de información de enfermedades digestivas (NDDIC). Síndrome del intestino irritable en general no es grave, pero puede ser muy incómodo. Los síntomas típicos de SII son el dolor abdominal, distensión abdominal, cólicos, estreñimiento y diarrea.
Si tiene estreñimiento crónico o la diarrea debido al SII, usted puede tener un mayor riesgo de desarrollar hemorroides. La buena noticia es que los síntomas del síndrome del intestino irritable, incluyendo el estreñimiento y la diarrea, se pueden controlar siguiendo su plan de tratamiento, que puede incluir medicamentos, cambios en la dieta y reducir la cantidad de estrés en su vida.
5. La enfermedad de Crohn
La enfermedad de Crohn, una forma de enfermedad inflamatoria intestinal (EII), es una enfermedad autoinmune que causa inflamación crónica de su tracto gastrointestinal. Los síntomas típicos de la enfermedad de Crohn incluyen dolor abdominal e hinchazón y frecuentes episodios de diarrea, lo que aumenta su riesgo de desarrollar hemorroides.
No existe cura para la enfermedad de Crohn, pero usted puede ayudar a reducir los síntomas, como diarrea crónica, y reducir su riesgo de desarrollar hemorroides y otras complicaciones de la enfermedad de Crohn, siguiendo su plan de tratamiento. Su plan de tratamiento puede incluir medicamentos anti-inflamatorios, cambios en la dieta y el ejercicio regular.
6. La colitis ulcerosa
La colitis ulcerosa es otro tipo de enfermedad inflamatoria intestinal (EII). La colitis ulcerosa es una enfermedad crónica y permanente que causa la inflamación del intestino grueso o del recto. Los síntomas típicos incluyen dolor abdominal, el esfuerzo durante las evacuaciones, y diarrea con sangre.
Si usted tiene colitis ulcerativa, sus síntomas pueden ser de leves a severos, pero la diarrea en curso aumenta su riesgo de desarrollar hemorroides. Su médico desarrollará un plan de tratamiento para ayudar a reducir sus síntomas y la probabilidad de que desarrolle hemorroides u otras complicaciones de la colitis ulcerosa. Su plan de tratamiento puede incluir medicamentos anti-inflamatorios, cambios en la dieta, y la cirugía.